DESCRIPCIÓN

Las sondas de asiento son instrumentos para la medida de los asientos (desplazamientos verticales) del terreno. Su aplicación más frecuente es el control de asientos en las presas de materiales sueltos y en otras obras en las que la acumulación de arcilla, zahorra u otros materiales haga recomendable un control de movimientos.

La sonda consiste en un anillo que se coloca en torno a un tubo situado en el interior del terreno. El anillo esta provisto de unos anclajes metálicos que se adhieren fuertemente al terreno para que éste arrastre con él a la sonda cuando los movimientos se produzcan. La finalidad del tubo no es otra que la de permitir la entrada del sensor que detecta la señal magnética emitida por el anillo de la sonda.

El aparato de medida en un sensor cuyo cable presenta la forma de una cinta graduada. El sensor se desliza por el interior del tubo hasta que detecta la parte central de la sonda, momento en el que emite una señal acústica. Gracias a la graduación de la cinta se conoce la profundidad exacta a la que está el centro de la sonda del borde del tubo. Es frecuente instalar varias sondas en el mismo tubo, para controlar los asientos a diferentes profundidades.

La colocación de estos aparatos se puede realizar durante la construcción de la obra o cuando ya esté construida. En el primer caso se pueden controlar también los asientos producidos durante la construcción. Para su colocación después de la construcción hay que realizar una perforación en el terreno e introducir después el tubo con las sondas. La forma de los anclajes permite su correcta fijación al terreno cuando las sondas están situadas en el lugar requerido. Las sondas de asiento también se pueden instalar junto con el tubo de los inclinómetros, aprovechando este mismo tubo para deslizar el sensor a través de él.