Conocimiento de bases legales, recopilación y estudio de la documentación disponible, Documentación interna, legislación, guías, etc. Esta introducción será la contextualización del trabajo, en la que extraen los requisitos de base que se debe cumplir en las tareas realizadas. Una parte fundamental, cuando está implicada, es la jurisprudencia y las bases legales existentes, las cuales hay que conocer, cumplir y comprender las posibles interpretaciones.
Planificación y puesta en conocimiento de los responsables: Identificar los interlocutores en todas las fases de las tareas a estudiar, sus opiniones, propuestas e identificación de aspectos críticos. Análisis e inmersión en el trabajo específico. Para conocer de una manera profunda el trabajo a estudiar no hay nada mejor que realizarlo en persona para tener una opinión propia, tratando de identificar las posibles heterogeneidades en los mecanismos.
Contraste documental entre lo que realmente se realiza y lo que se espera y se debe ejecutar: Se realizara una comparativa entre lo esperado de mínimos en el punto de estudio y lo que realmente se realiza, analizando las discrepancias, la cabida legal de las mismas así como identificar los puntos fuertes y aspectos críticos.
Identificación de puntos críticos y elaboración de su alternativa o refuerzo: Propuesta de modelo, creación de objetivos y flujos, y consideración de las aportaciones de los usuarios. Tras la primera propuesta de mecanismo a realizar es imprescindible someterlo a juicio de los interlocutores identificados, escuchando sus apreciaciones recogiendo otras necesidades no identificadas.
Propuesta definitiva.
Formación y asistencia: Todo nuevo mecanismo de trabajo requiere una fase de formación inicial y una posterior asistencia en la manera de realizar las tareas. Esta fase puede tener implícita la necesidad de realizar ajustes de consenso y casuística especifica en algunos campos.
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